martes, 19 de abril de 2016

La diosa de los Hombres Serpiente

Una nave procedente de Eternos surcaba los cielos de una de las zonas más secas de toda Eternia. El Rey Randor había recibido la alarmada llamada del alcalde de una pequeña aldea que estaba situada en los comienzos del desierto de las Arenas de Fuego. El hombre había comentado algo de unos esbirros de Skeletor y del secuestro de una niña.
-          A ver qué traman esta vez.
El que capitaneaba la misión era Fisto, considerado después de He-Man, el Master del Universo más poderoso del ejército. Junto a él pilotaba el Wind Raider el polifacético Perkaedo, más conocido como Man E Faces, el actor más famoso de Eternia,  a parte de un formidable guerrero con sorprendentes habilidades. El grupo se cerraba con Extendar y Snout Spout, sentados en el asiento de atrás. Aunque en distintas circunstancias ambos compartían grandes sufrimientos. Los dos habían sido víctimas de los experimentos del retorcido Hordak, pero los dos habían conseguido hurí de aquel infierno de tortura y sufrimiento. Extendar siempre había sido un guerrero y aunque había dejado de ser un hombre para convertirse en máquina sabía que eso lo ayudaría en su misión de ayudar a los más débiles y luchar contra el mal que lo había engendrado. Snout Spout ya casi había olvidado su nombre humano, Jaxton. A él le había costado más asimilar el cambio en su vida, y es que él había sido un humilde campesino antes de que los soldados  hordeanos lo capturaran en su Etheria natal, él no era violento, le gustaba vivir en paz, pero sabía que no podía desperdiciar sus habilidades. Desde que llegara a palacio los Masters y el resto de los soldados lo habían tratado como igual. Nunca se había sentido discriminado e incluso había capitaneado las brigadas de bomberos en los incendios más graves. Todo ello hacía su amargura más llevadera.

-          Mirad, es allí – señaló Snoput Spout
La nave aterrizó en la plaza central del pueblo de casas blancas y bajas construidas con arcilla, agua y pintadas con cal. El alcalde los esperaba junto a un grupo de ciudadanos.
-          Buenos días señor alcalde – saludó Fisto – ¿qué es lo que sucede?
El hombre parecía alterado. Era delgado y de piel oscurecida por el sol y bien curtida. Tenía una barba blanca y se cubría el cuerpo con una túnica con capucha del mismo color, prenda común en los pueblos circundantes al desierto.
-          Es algo terrible, varias personas han visto como unos encapuchados se llevaban a una niña en una nave de Skeletor.
-          ¿Sabéis quiénes son los padres de la niña? – preguntó Man E Faces.
-          Es extraño pero sus padres no han aparecido pero hay varios testigos que lo vieron, la niña lloraba y gritaba.
-          Sí, yo vi que a uno de los secuestradores le salía una larga cola por debajo de la túnica – añadió un chico.
-          ¿Será Whiplash?
Pero un aterrador grito de mujer los interrumpió.
Todos corrieron hacia el lugar se su procedencia.
-          Son los esbirros de Skeletor, están aquí – dijo una mujer con la que se cruzaron.
Cuando llegaron al lugar de donde parecía que vena el grito encontraron a Kobra Khan que zarandeaba a un aldeano, ajeno a la llegada de los Masters.
-          ¿Dónde habeisss vissssto a la niña? – le preguntaba al asustado chico.
-          ¡Suéltalo!
Fisto interrumpió el interrogatorio. Khan levantó la cabeza sorprendido. Pero no se inquietó demasiado. De una pequeña tienda salió Batros, y Webstor apareció de lo alto de un tejado.
-          ¡Deja al chico Khan, estáis detenidos! – le gritó Man E Faces.


Kobra Khan, Batros y Webstor rieron. Los masters se prepararon para el enfrentamiento. Algo sobresaltó a Extendar a su espalda y se giró rápidamente con su escudo desplegándose instantáneamente justo a tiempo para parar la estocada de una katana que pretendía ensartarlo a traición.
-          ¡Ninjor! – los ojos encendidos en sangre del ninja lo observaban fijamente impasibles.
Si en alguna ocasión aquel ser había sido humano ya estaba olvidado.
Los ciudadanos corrieron a esconderse al interior de las casas. Entonces la escaramuza comenzó. Webstor atacó a Man E Faces que cambió su cara a monstruo para poder batirse con el arácnido. El arachna a parte de ágil era muy fuerte y a duras penas pudo detener su embestida.  Batros saltó planeando con sus alas intentando agarrar el cuello Snout Spout pero éste lo pudo rechazar con fuerte chorro de agua proyectado desde su trompa.  Fisto y Kobra Khan se encararon.
-          ¡Khan, detén esto! No es necesario que peleemos. Tarde o temprano os cogeremos.
-          Eresss un essstúpido, no tienesss ni idea de lo que essstá passsando.
-          Ya me lo contarás en la nave, cuando os hayamos detenido.
Fisto lanzó un potente derechazo con su enorme puño metálico.  Khan lo esquivó con un movimiento bamboleante.
-          No podemosss fracasssar, el futuro de Eternia depende de ello.
Pero Fisto ya no estaba pendiente de su lengua bífida y siguió con el ataque. Uno de sus golpes consiguió acertar y tumbó a su oponente. El hombre serpiente se incorporó rápidamente con su boca apretada. Una vena de rabia se le marcaba en la cabeza.
-          ¡Retirada! – gritó entonces.
-          No huiréis.
Ninjor corrió y escaló con tremenda habilidad hasta el toldo bajo de la tienda. Veloz, sacó algo de un pequeño saco que llevaba en el cinturón y lo arrojó en medio de la calle.
-          ¡Es una bomba de humo! – exclamó  Extendar.



Pero era demasiado tarde. Webstor disparó su ancla que llevaba en la espalda y huyó por los tejados de las casas. Batros corrió e impulsándose con Snout Spout que estaba tosiendo agachado saltó por los aires y se fue planeando. Ninjor desapareció y Khan echó a correr. Pero Extendar estiró piernas, torso y cuello a tiempo consiguiendo que su cabeza quedara por encima del humo. Ninjor, Webstor y Batros ya se habían escapado pero podía ver a Khan corriendo, así que se dispuso a seguirlo. Con grandes zancadas de sus piernas extendidas lo alcanzó rápidamente y le dio un fuerte golpe de hombro para derribarlo.
-          No te escaparás.
El hombre serpiente dejó de resistirse cuando se vio acorralado por los ciudadanos. Man E Faces en modo robot y Snout Spout también llegaron rápido, a ellos el efecto del humo les afectaba menos de lo habitual.



            En una caseta facilitada por el alcalde los Masters del Universo se dispusieron a interrogar a Kobra Khan.
- Dinos que habéis hecho con la niña, serpiente - empezó Fisto hay testigos que afirman haber visto a Whiplash secuestrando…
- ¿Whiplash? no, te asseguro que él no ha sssecuestrado a esssa niña.
-  No mientas - añadió Snout Spout - un ciudadano ha visto a un ser con una larga cola llevarse a una pobre e indefensa niña.
- ¿Alguien con cola? entoncesss hemosss llegado demasssiado tarde - dijo aparentemente preocupado el villano.
- Explicate víbora - Fisto levanto su puno amenazante.



Kobra Khan se dispuso a relatarles una historia:
“El ochenta por ciento de los hombres serpiente que nacen son machos, por lo que las hembras son veneradas y protegidas a toda costa por su raza. Cada mil años nace una que está considerada por los de su especie una diosa. Los mejores guerreros serpiente son hijos de diosas, Snake Face por ejemplo es hijo de la anterior diosa la cual tenía como cabellera mortíferas serpientes venenosas. El Rey Hssss también es hijo de una de las diosas más poderosas que han engendrado los hombres serpiente. Una profecía que proviene del innombrable, nuestro creador, cuenta que dentro de diez años nacerá el guerrero más poderes que jamás ha habido en Eternia, el guerrero capaz de derrotar a He-man, Skeletor y Hordak juntos, capaz de gobernar si se lo propone la galaxia entera. Hssss y sus esbirros por fin han encontrado a la diosa que ha de engendrar este ser sobrenatural. ”



- ¿Y vosotros que pintas en esto? Tu debería estar contento si tu nuevo dios va a nacer - dijo mofándose Fisto.
- Eress un essstupido, ssí, yo ssoy un prosscrito pero mi pueblo ess desscendiente de loss hombress sserpiente no sseguidores del rey Hssss, ni vosssotros ni Sskeletor sssabeis el peligro que corremoss todoss, la niña tiene que morir…
- Tu nos ayudaras a encontrar esa pobre niña - zanjó Man E Faces la conversación.
- Vossotross me ayudaréiss a desstruirla.
Nade le hizo caso pero la mente del astuto esbirro de Skeletor cavilaba.
Siguiendo las instrucciones de Kobra Khan los masters volaron con la Wind Raider hacia el interior del desierto.
-          A unoss diez kilómetross encontraremoss una pequeña formación rocossa, ahí, hay una gruta…
¡¡BOOM!!
Algo impactó con la nave.
-          ¡Maldición, nos han disparado! – gritó Man E Faces.
Un Roton los perseguía.
-          ¡Mirad, una nave de Skeletor!
-          Este traidor nos ha metido en una trampa – dijo enojado Snout Spout.
-          Esstúpido, mira quien pilota la nave.
El piloto era nada más y nada menos que el general Rattlor acompañado de dos lacayos.
-          Eso significa que vamos en buen camino.
Pero el daño estaba hecho, habían tocado el ala derecha de la nave y aunque todavía no había perdido velocidad sí maniobrabilidad. Meam E Faces se puso en modo robot para mantener la cabeza fría y no cometer fallos. El Roton empezó a disparar ráfagas de rayos que el Wind Raider esquivó con dificultades, rotando sobre sí misma. Pero Rattlor era un piloto experimentado que había llegado a servir incluso a la Horda. El Roton no era tan maniobrable como el Wind Raider pero sus cañones eran muy precisos, así que apuntó y acertó. Tocó la parte trasera de la nave que cayó.
-          ¡Preparaos para un aterrizaje forzoso!
Y para complicar más la situación, Kobra Khan abrió sus membranas de cobra y soltó su gas somnífero.
Fisto volvió en sí, escupiendo, tenía la boca llena de arena. Levantó la mirada y vio como Man E Face ayudaba a Snout Spout a levantarse.
-          ¿Estáis todos bien?
-          Sí – contestó Extendar que estaba en pié escudriñando el horizonte – pero el escurridizo Khan ha escapado.
-          ¡Maldición!
-          Pero mirad, ahí hay unas pequeñas montañas, tal vez sea donde se encuentra la gruta de la que nos habló – señaló el caballero.
Por suerte la radio funcionaba y antes de abandonarla enviaron una llamada de socorro.



            Las distancias en el desierto eran engañosas y tardaron dos largas horas en llegar a las rocas. El calor superaba los cincuenta grados y los pies se hundían en la arena virgen pero los Masters no se echarían atrás por insignificancias de ese tipo.
-          ¡Mirad! – Man E Faces descubrió una estrecha cueva oculta entre peñascos.
Era arriesgado, podría ser una trampa, pero no podían demorarse más, una niña inocente corría peligro. Aunque traían una linterna para emergencias del Wind Raider a medida que se adentraban, en un descenso continuo hacia las entrañas de Eternia, la luz se consumía y  pronto fue insuficiente. El aire empezó a viciarse y un hedor ácido, nauseabundo y penetrante fue creciendo.
-          Huele a serpientes – dijo Fisto susurrando  – debemos intentar ser lo más sigilosos posible, podría ser que estuviéramos en un cubil de serpientes.
Un ligero atisbo de claridad empezó a vislumbrarse. Si había luz, habría vida. El túnel desembocó en una caverna gigantesca, parecía una especia de anfiteatro esculpido en las rocas, un túnel rodeaba la plaza interior provisto de ventanales en los que divisar lo que estaba sucediendo en el interior. Al parecer ellos habían llegado por uno de los cuatro túneles que desembocaban directamente en unas escaleras que salían del pasaje circundante al interior de la plaza. Los cuatro héroes se asomaron por las ventanas para averiguar qué había. En el centro de la plaza se hallaba un altar, parecía ser alguna especie de templo  que flotaba sobre un oscuro abismo en el que los hombres serpiente hacían algún tipo de rituales.
-          Creo que hemos llegado a tiempo, mirad – habló Snout Spout.
Junto a las escaleras había seis hombres serpiente sentados esperando a la luz de unas antorchas. De pie, con los brazos cruzados Rattlor custodiaba a una niña sollozante que estaba atada a una columna.
-          Debemos actuar antes de que vengan más.
Sin más dilación los Masters del Universo atacaron intentando sorprender a sus enemigos.
-          ¡Al ataque!
Extendar, Snout Spout y Man E Faces se enfrentaron a dos hombres serpiente cada uno, mientras Fisto se encaró al general.
            Con un potente chorro de agua Snout Spout lanzó a uno de sus contrincantes al abismo, el otro lo intentó ensartar en su lanza, pero el elefante consiguió fintar a un lado a tiempo a la vez que propinaba un hachazo al reptil que gimió de dolor.

            Extendar desplegó raudo su escudo y sus dos atacantes chocaron con sus armas en él. Un reptil verde con una armadura oxidada se movió hacia la derecha para atacarlo mientras el otro con una espada curva se movió hacia la izquierda. De repente Extendar, dejando caer el escudo al suelo, estiró torso y brazos hacia delante agarrándolos por la cabeza. Las dos sorprendidas víboras chocaron fuertemente cráneo contra cráneo cayendo al suelo fuera de combate.
Man E Faces disparó con su pistola a uno dando en el blanco y eliminándolo al instante, pero el segundo fue rápido y le rozó lo suficiente la mano con su maza para que su pistola saliera por los aires desapareciendo. Velozmente el actor eterniano adoptó su forma de monstruo deteniendo a tiempo el segundo mazazo que se dirigía a su cabeza. Ganando por fuerza, le arrebató la maza y le machacó la cabeza.



El rival de Fisto era otra cosa, fuerte, astuto, rápido, Rattlor era un luchador formidable. El capitán agitando el cascabel de su rabo extendió fugaz su cuello para asestar un golpe de cabeza, que contrajo al instante. Fisto esquivó por poco. Tenía que estar muy concentrado, intentar adivinar los movimientos. Otra vez, volvió a fallar por poco, otra vez, sin tiempo a reaccionar y esta vez no falló, golpeando al hombre del puño de hierro en el hombro haciéndolo caer por tierra. Pero Rattlor no se detuvo e intentó acertar a Fisto en el suelo que rodó sobre sí mismo, se levantó e impulsó con sus piernas flexionadas para propinar un fuerte derechazo de su puño al estómago de la serpiente que voló cayendo de espaldas contra la escalera.
-          ¡Ríndete víbora! – dijo Fisto.
Pero la victoria era un espejismo, al levantar la cabeza el Master se estremeció. De uno de los túneles empezaron a salir más hombres serpientes.  Rattlor rio se levantó y se perdió entre la multitud.
-          ¡Man E Faces, Extendar, venid a ayudarme, Snout, libera a la niña y salgamos de aquí inmediatamente.
Por la estrecha escalera los hombres serpientes sólo podían bajar de dos en dos por lo que los tres Masters se apañarían bien mientras el elefante rescataba a la niña.
-          ¿Cómo estás? – preguntó agachándose junto a ella.
La pequeña estaba asustada, y apenas soltó un gemidito de respuesta. De un hachazo Snout Spout cortó la cuerda que la tenía cautiva en la columna.
-          ¡Ya está! – gritó - ¡vámonos!
Pero un silbido rozó la oreja del bombero.
-          ¡¡NOOO!!
Una estrella ninja se clavó en la frente de la pequeña causándole la muerte casi instantánea. El elefante la cogió en sus brazos, incrédulo, tiritando de rabia. En una de las ventanas estaban Ninjor y Kobra Khan que sonreía triunfante. Ambos desaparecieron al instante, huyendo de allí en las sombras.



-          ¡No hay nada que hacer! – dijo Man E Faces – tenemos que salir de aquí.
En lo alto de la escalera una voz cavernosa resonó, y una sinuosa silueta apareció. Un grotesco manojo de serpientes que surgían de unas piernas.
-          ¡ Bastardos, pagaréis por esta ofensa!
-          ¡El rey Hssss!
No tenían nada que hacer contras los poderes de aquel ser. Fisto y Extendar agarraron a Snout Spout que se resistió un instante en estado shock. Pronto reaccionó y los cuatro héroes huyeron de allí. A sus espaldas centenares de serpientes se apresuraban a atraparles. Corrieron sobre sus pasos a toda la velocidad que sus piernas les permitían, y pronto llegaron a la salida de la gruta.
Se adentraron  hacia el desierto, con el único objetivo de salvar sus vidas. Las serpientes empezaron salir a borbotones de entre las rocas cual hormigas enrabiadas. Corriendo por el desierto sobre la arena espesa las fuerzas pronto flaquearían. Los enemigos sedientos de sangre cada vez estaban más cerca.
-          ¡Estamos perdidos!
Pero la desgarradora exclamación de Snout Spout se acalló con una fuerte explosión. Sobre sus cabezas volaba a toda velocidad el Talon Fighter pilotado por el campeón, He-Man. En el horizonte divisaron un enjambre de Jet Sled pilotados por los soldados de palacio, encabezados por Teela también montada en uno y un Wind Raider pilotado por Roboto acompañado por Ram Man, Sy Klone y Clamp Champ. Había llegado la caballería, estaban salvados. Los guerreros heroicos pronto ahuyentaron a los monstruos que huyeron hacia las entrañas de la tierra. He-Man se encargó de sellar aquel agujero con una gran roca para que las serpientes no volvieran a salir por allí.



Snout Spout se dejó caer de rodillas en la arena con las manos a la cabeza.
-          No he podido salvarla, era una simple niña asustada.
Fisto posó su mano izquierda sobre el hombro de su amigo. También estaba afectado, al igual que Extendar y Man E Faces.
-          Hemos hecho lo que hemos podido.
-          Y hemos fallado.
-          Esto no ha sido una victoria – añadió Extendar – no siempre podemos ganar, el mal nos ha vencido  pero tenemos que levantarnos, no podemos rendirnos porque en Eternia hay otras personas, otros niños indefensos que nos necesitan.
Snout Spout se levantó y los cuatro amigos anduvieron hacia unos soldados que se pararon con sus naves para llevarlos a casa.